Una falacia es un razonamiento incorrecto, que necesita cierta dosis de astucia para ser detectado como tal. Pretende que un argumento tiene validez sin realmente poseerla. Existen diversos tipos de falacias según el fin que persigan. En el caso de la próxima reforma educativa no podría definir a qué tipo de falacia corresponde ya que entre los argumentos que presenta el ministerio de educación se detectan falacias de varios tipos.
Antes de nada, confesar que tengo mil críticas hacia el sistema educativo actual: su gran inmovilismo, su resistencia a todo aquello que no pueda parametrizarse, su falta de pensamiento crítico o su falta de iniciativas son elementos de su idiosincrasia que no llevo demasiado bien. Pero comparado con lo que se avecina, ¡virgencita, que me quede como estoy!
¿Qué estudios científicos avalan que un país que realiza recortes en las dotaciones educativas y que cambia de política educativa cada seis años consigue, no ya erradicar sino rebajar el fracaso y el abandono escolar?
No son la segregación ni la exclusión lo que necesitamos, más bien, al contrario hacen falta reformas pedagógicas inclusivas, todos somos necesarios. No podemos permitirnos el lujo de dejar talentos por el camino. Es imprescindible encontrar el paradigma educativo que responda a las demandas del momento actual, no a las de una sociedad que dejó de existir hace tiempo. Utilizando palabras de Chomsky, lo que realmente se pretende es excluir a aquellas mentes más innovadoras y creativas. Porque el gobierno no quiere gente que piense, necesita gente que realice la tarea
Hay quien no se ha enterado de que las exigencias laborales futuras son diferentes a las que demandaba la sociedad industrial. El ciudadano del siglo XXI no es considerado por esa escuela tradicional que pretende perpetuar el gobierno del PP, que se vanagloria de estar respaldado por ONCE millones de españoles.
Nos encontramos inmersos en una sociedad caracterizada por la vertiginosa evolución del conocimiento, y por su forma de transmitirse. Vivimos en una vorágine de constantes cambios que nos abocan a replantearnos las formas de aprender y de acceder a la información, de relacionarnos o de ingresar al mercado laboral. La escuela no está siendo ajena a estos hechos; lleva años luchando por experimentar un cambio metodológico más acorde a las exigencias sociales actuales; un proceso que está siendo más lento de lo deseado. No pueden venir ahora para hacernos desandar el camino que tanto ha costado emprender.
La sociedad actual busca personas emprendedoras, críticas, creativas... ¿ A caso el informe PISA, que tanto admiran los gobiernos, es capaz de detectar este tipo de competencias? Y, aunque no lo haga, ¿serían nuestros políticos capaces de superarla? Bueno, seguramente sí porque tuvieron acceso a la educación. Pero, dudo que tengan otro tipo de valores y competencias que debería poseer un buen político.
Existen buenos anális en la red del anteproyecto que ha sido aprobado:
xarxatic
Fernando Trujillo
Profesorgeohistoria
Apuntesdeunprofe
2 comentarios:
Has empleado la expresión "virgencita que me quede como estoy". Yo voy a aportar otra, del mismo signo que tanto gusta a nuestros gobernantes: "Que Dios nos pille confesados".
Por otra parte, creo que más que falacia se podría hablar de inmovilismo reaccionario. Mientras que la mayor parte de los educadores pensamos que hay que mirar a ese siglo XXI que tú comentas, Wert y sus cabezas pensantes opinan que la cosa estaba más controladita en el XIX. Y a eso vamos...
Gracias por tu comentario, estoy de acuerdo contigo pero sólo en parte. Porque ¿cómo ves que llamen anteproyecto de ley para la "mejora de la calidad educativa", cuando lo que quieren decir es: para cargarnos la escuela pública de una vez por todas y el que quiera estudiar que lo pague? Te sigo ;)
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